¿CÓMO se imagina usted el Día del Juicio? Muchos creen que miles de
millones de almas se presentarán de una en una ante el trono de Dios para ser
juzgadas. También piensan que algunas serán recompensadas con una vida dichosa
en el cielo, mientras que otras serán condenadas a sufrir tormento eterno. Sin
embargo, la Biblia indica que el Día del Juicio será muy distinto: no será
un tiempo de terror, sino de esperanza y restauración.
En Revelación (o Apocalipsis) 20:11, 12, el apóstol Juan describe
así el Día del Juicio: “Vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él.
De delante de él huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar
para ellos. Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante
del trono, y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la
vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en
los rollos según sus hechos”. ¿Quién es el Juez sentado en ese trono?
Jehová Dios es el Juez Supremo de la humanidad. Sin embargo, ha dejado
la labor de juzgar en manos de otra persona. Según Hechos 17:31, el apóstol
Pablo dijo que Dios “ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra
habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado”. Y ese Juez es el
resucitado Jesucristo (Juan 5:22). Pero ¿cuándo empezará el Día del Juicio y cuánto
durará?
El libro de Revelación indica que el Día del Juicio comenzará tras la
guerra de Armagedón, la cual acabará con el mundo de Satanás (Revelación 16:14, 16;
19:19–20:3). Después de Armagedón se encerrará a Satanás y sus demonios en un
abismo, donde permanecerán mil años. Durante ese tiempo, los 144.000
coherederos celestiales juzgarán a la gente y “reinar[án] con el Cristo por mil
años” (Revelación 14:1-3; 20:1-4; Romanos 8:17). Como vemos, el Día del Juicio
no será un período de actividad apresurada que dure solo veinticuatro
horas, sino que se extenderá por todo un milenio.
Durante esos mil años, Jesucristo tendrá que “juzgar a los vivos y a los
muertos” (2 Timoteo 4:1). La expresión “los vivos” se refiere a las
personas que componen la “gran muchedumbre”, las cuales sobrevivirán a la
guerra de Armagedón (Revelación 7:9-17). El apóstol Juan también vio a “los
muertos [...] de pie delante del trono” de juicio. Como prometió Jesús,
“los que están en las tumbas conmemorativas oirán [la] voz [de Cristo] y saldrán”
al ser resucitados (Juan 5:28, 29; Hechos 24:15). Ahora bien, ¿qué se
tendrá en cuenta a la hora de juzgar a todas esas personas?
En la visión que tuvo el apóstol Juan “se abrieron rollos” y “los
muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según
sus hechos”. ¿Contienen estos rollos un registro de las obras que realizaron en
el pasado las personas? No. El juicio no se centrará en lo que
hicieron antes de morir. ¿Cómo lo sabemos? Porque la Biblia dice que “el que ha
muerto ha sido absuelto de su pecado” (Romanos 6:7). En el caso de los que
resuciten, se hará borrón y cuenta nueva, por así decirlo. Por lo tanto, esos
rollos tienen que representar nuevas instrucciones de parte de Dios. Para vivir
eternamente, tanto los resucitados como los sobrevivientes de Armagedón tendrán
que obedecer los mandamientos de Dios. Entre estos estarán todos los mandatos
que Jehová decida revelar durante los mil años. De este modo, cada uno será
juzgado por lo que haga durante el Día del Juicio.
En el Día del Juicio, miles de millones de personas tendrán por primera
vez la oportunidad de aprender cuál es la voluntad de Dios y luego hacerla.
Para ello, deberá realizarse una obra educativa a gran escala. En efecto, “justicia
es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprende[rán]” (Isaías
26:9). Sin embargo, no todo el mundo estará dispuesto a hacer la voluntad
de Dios. Isaías 26:10 dice: “Aunque se muestre favor al inicuo, simplemente no aprenderá
justicia. En la tierra de derechura [o rectitud] actuará injustamente, y
no verá la eminencia de Jehová”. Esta gente malvada será destruida para
siempre durante el Día del Juicio (Isaías 65:20).
Cuando finalice el Día del Juicio, los seres humanos que sigan con vida
habrán “llega[do] a vivir” en el sentido pleno de la palabra, ya que serán
perfectos (Revelación 20:5). Por lo tanto, durante el Día del Juicio, la
humanidad recuperará la perfección original (1 Corintios 15:24-28). Luego
vendrá una prueba final. Para ello, se liberará a Satanás y se le permitirá que
trate de engañar a la humanidad por última vez (Revelación 20:3, 7-10). Las
personas que se opongan al Diablo verán cómo se cumple a plenitud esta promesa
bíblica: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre
ella” (Salmo 37:29). Sin lugar a dudas, el Día del Juicio será una bendición
para todas las personas fieles.
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